Esta reforma tributaria es más completa que cualquiera que se haya presentado en Colombia en muchos años. Pero el vaso también está medio vacío: en aspectos fundamentales, se quedan cortos los pasos para un cambio que corrija los principales problemas de nuestro régimen tributario.
Es claro que la reforma llega con el afán de conseguir más recursos por la caída de la renta petrolera. En este aspecto, de conseguir ingresos, la pepa es el IVA (como bien lo dijo La Silla). A pesar de esto, soy de los que se opone al incremento en su tasa general. Algunos me tacharán de populista, o de ignorar a las calificadoras de riesgo. Ni lo uno ni lo otro. Creo en cambio que hay que dar unas luchas más difíciles...