En su proclama “Por un país al alcance de los niños”, cuando la Misión de Sabios encargada por el presidente César Gaviria entregó su informe en 1993, Gabriel García Márquez pidió “una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma.”
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